viernes, 17 de febrero de 2017

Espinas en la piel de un Runner



  Llegará el día que me recupere de esta convalecencia, o mejor dicho, que concluya esta condena y quede libre de cargos y de que cargar con la rodilla. 
Cuando eso suceda y pagado el precio, y si Dios quiere regrese de nuevo a mi estado de forma y me envuelva de nuevo esa embriaguez  de Runner habitual,  aunque parezca que todo ha terminado y que los fantasmas y demonios que me acompañan ahora se hayan difuminado, aun entonces quedaran cicatrices y espinas en la piel.  
Durante este periodo de tiempo mi instinto de supervivencia me ha hecho volver la vista atrás para poder correr hacia adelante, me ha hecho recomendarte no ser un Runner, a atestiguado como es un Runner al Sol y ya lo último me ha puesto a contar los días.
La cabeza se  me tornó hacia el pasado y se detuvo en el presente buscando alivios, y ahora que se acerca el final de este oscuro tiempo veo el futuro más cerca mientras me palpo las rugosas cicatrices. Cicatrices que no son las que dejo de la cirugía el pasado 29 de Diciembre, no, son las cicatrices y las espinas en la piel que me ha dejado tener que ir atravesando este bosque  profundamente espeso  lleno de zarzas y espinos. Esas espinas  clavadas en la piel, a modo de metáfora, fueron llegando a modo de proyectos rotos, sueños abortados o citas anuales anuladas. Se fueron incrustando en la carne a medida que avanzaba entre la espesura de la odiosa recuperación, algunas llegaron  a profundizar  tanto como para pinchar el hueso y joderme de dolor y escozor.


Pero esto no me derrota, las cicatrices, al igual que los tatuajes van dando fe a través su huella de todo lo vivido ya sea bueno  malo o traumático. Ahora quiero mirarlas con orgullo y se de sobra que serán mi nueva motivación para lo que este por venir. Eso si, las cicatrices se quedaran pero algunas de las espinas hincadas  (3Refugios,MAM, Madrid-Segovia Night, GTP, Madrid-Segovia y posiblemente MAPOMA) tengo que sacármelas como sea porque esas dolieron mucho al clavarse y todavía siguen escociendo.
Tendré que volver a preparar mi cuerpo y mi espíritu como lo estuvo antaño, no será  fácil ya que alguna púa está muy clavada y habrá que meter los dedos hasta adentro, pero todo sea por el alivio que sentiré después.
Ya tengo nuevo unicornio que perseguir y es lo que más necesito para regresar a la arena, si no tengo donde agarrarme a pesar de que duela, no tengo nada.

 Se acerca poco a poco el momento y es tiempo de reunir fuerzas e ir poniendo a calentar la máquina. Espero que siga siendo la misma que antes y que me transporte a los mismo lugares maravillosos,aunque claro está que tendré que aligerarla del sobrepeso. 
También tengo asumido que si no fuese así, si no fuese igual que antes de lesionarme,  buscaré la manera de seguir llegando hasta esos lugares de una forma o de otra... pero llegando.